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Sal a la calle, sonríe, como si nada te importase, camina por ahí como si todo fuera perfecto, que hablen de ti, que te claven la mirada, que susurren al pasar, que se pregunten por qué eres tan feliz, que se queden con la duda.

Gracias por estar ahí.

jueves, 14 de abril de 2011

Quizás.


De pequeñitas nos sentábamos horas y horas frente al televisor deseando ver el increíble beso con el que se despierta la bella durmiente, o el esperado momento en que la cenicienta se convierte en princesa y se casa. Nos parecía todo precioso y de color de rosa, soñábamos con hacernos mayores y vivir algo así. Imaginábamos como sería nuestro castillo y el bonito romance que viviríamos con el que sería nuestro príncipe azul. Estábamos ilusionadas con todo eso, hasta que por fin crecimos un poco, la vida nos dio alguna que otra primera lección y dejamos de ser tan inocentes e ignorantes, continuamos fantaseando, pero quizá ya no de la misma manera. Fue entonces cuando comenzamos a oír afirmaciones como “eso sólo ocurre en las películas”, cuando la gente más cercana te alertaba de que los príncipes azules no existían, cuando comenzaron a arrebatarte el derecho de soñar, y cuando te convenciste de que sí, realmente, eso sólo ocurría en las películas. Y tuvo que pasar poco tiempo para que unas pocas experiencias de la vida te lo confirmaran. Nos creímos que ya éramos un poco más adultas, pues definitivamente dejamos a un lado ese pequeño gran deseo que nos movía por dentro desde pequeñas. Y a partir de entonces vivimos con un sueño menos por el que luchar. Pero aun así nos despertamos cada mañana pensando que quizás hoy sea diferente, quizás sea hoy el día en que tu seas la princesa y quizás un príncipe llame a la puerta de tu casa para ponerte el zapatito que te has olvidado… No lo olvides, quizás sea hoy….

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Sonrisas.